Desde la parroquia Santa María la Blanca, un grupo de antiguos alumnos del colegio ha vivido este mes de julio una experiencia misionera y de voluntariado que quedará grabada en sus corazones. Acogidos generosamente por la Diócesis de Mbulu, han compartido su tiempo, su alegría y su fe con las comunidades locales, que, a pesar de las dificultades, les han recibido con una sonrisa inmensa.

Durante estos días, los voluntarios han tenido la oportunidad de descubrir la riqueza cultural y gastronómica de Tanzania, pero, sobre todo, de compartir la fe en los lugares más humildes. Han participado en actividades de evangelización con niños y adultos, con quienes han construido vínculos llenos de cariño y esperanza.

Uno de los momentos más especiales ha sido la puesta en marcha de un proyecto educativo en la parroquia de Sanu, donde se ha sufragado, fabricado y habilitado un patio lúdico con diversos juegos para la guardería infantil, ofreciendo a los pequeños un espacio de juego y aprendizaje en un entorno seguro. También han conocido de cerca el gran esfuerzo que se realiza en un colegio de Secundaria de Artes y Oficios, donde se están formando jóvenes con mucho talento y determinación.

Además, esta experiencia ha abierto las puertas a un nuevo proyecto tecnológico que, con la ayuda de la comunidad de Santa María la Blanca de Montecarmelo, se espera impulsar desde España, contribuyendo a mejorar las oportunidades de los estudiantes tanzanos.

Esta misión ha sido, sin duda, un testimonio de que la solidaridad no tiene fronteras y de que, cuando se comparten la fe y los valores, el mundo se convierte en un lugar más humano y fraterno. Desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento a todos los que han hecho posible este viaje de vida y esperanza.

¡Gracias por seguir tendiendo puentes y mostrar que, con pequeños gestos, podemos transformar realidades!