Todos los lunes, durante el recreo de la mañana, tiene lugar en la parroquia una actividad muy especial: la Escuela de Monaguillos. Se trata de una propuesta voluntaria en la que nuestros alumnos aprenden, de manera práctica, cómo se desarrolla una misa y cuál es el papel de los monaguillos: desde preparar el pan y el vino hasta acompañar al sacerdote con respeto y atención en cada momento de la celebración.

Fomentamos en nuestros alumnos el servicio y la participación a través de la Escuela de Monaguillos.

Guiados por nuestra profesora Marta, los alumnos descubren los tiempos, símbolos y utensilios que forman parte de la misa. Cada paso —desde sostener la patena hasta lavar las manos del sacerdote— se explica con paciencia, para que los niños puedan practicarlo con cuidado y respeto.

Durante las sesiones, nuestros pequeños monaguillos aprenden qué sucede en cada parte de la misa: cómo comienza con la procesión de entrada y el saludo inicial, cómo escuchar con atención durante la Liturgia de la Palabra, cómo preparar el altar en el Ofertorio presentando el pan y el vino, y cómo acompañar al sacerdote con recogimiento durante la Consagración y la Comunión. Así, entienden que cada gesto tiene un significado profundo y que su colaboración ayuda a que todo se desarrolle con orden y solemnidad.

Un servicio con historia y significado

El término monaguillo proviene del latín monachus, que significa “monje”. En sus orígenes, los monaguillos eran niños que ayudaban en los monasterios y aprendían de los monjes el sentido del servicio y la oración. Hoy en día, mantienen ese mismo espíritu: el deseo de servir a Dios y a la comunidad con alegría y respeto.

Nuestros alumnos viven esta experiencia con entusiasmo, especialmente cuando, durante su misa de curso, se visten con túnicas blancas y participan activamente en cada momento de la celebración. Cada uno de ellos, en su primera sesión, recibe su carnet de monaguillo, un recuerdo que reconoce su compromiso y los anima a seguir participando en las misas de los domingos.

Con la Escuela de Monaguillos, buscamos fomentar el respeto, la responsabilidad y la participación activa de nuestros alumnos en la vida religiosa de Santa María la Blanca, reforzando valores de comunidad, servicio y fe compartida. Para todos, vestir la túnica blanca y recibir su carnet es un motivo de orgullo y una bonita forma de vivir su fe desde el corazón.