La llegada de un nuevo año es un punto de partida para proponerse nuevos retos y buenos hábitos y, en el Santa María la Blanca, nos hemos propuesto leer más este 2024. 

La lectura, es una herramienta fundamental para el desarrollo y la formación de nuestros hijos ya que aporta un sinfín de beneficios intelectuales. En concreto, podemos destacar que leer ayuda a la concentración en una sociedad llena de estímulos y multitareas; fomenta la curiosidad y creatividad de los más pequeños; desarrolla su lenguaje; y mejora su memoria y capacidad de comprensión. 

El Doctor en Literatura y profesor Miguel Salas, destaca en el Foro ‘Aprendemos juntos 2030’ de BBVA estos 5 consejos esenciales para fomentar la lectura en nuestros hijos: 

No podemos pedir a los niños lo que nosotros no hacemos 

Es cierto que nuestra vida es dura, llegamos a casa agotados y es lógico que busquemos un ocio que no nos exija demasiada concentración. Así, solemos encender la televisión o mirar el móvil. 

Sin embargo, si nosotros damos ese ejemplo a los niños es muy difícil que lean, ya que somos sus referentes e inconscientemente nos imitan. Lo ideal es que a los niños se les lea todos los días desde sus primeros meses de vida para ayudar a su desarrollo y crear una costumbre de lectura en ellos. 

Adaptar la lectura a su edad 

Es importante que los alumnos lean libros que comprendan y les supongan interés. Si encontramos un género concreto que les guste y los libros están adaptados a su edad, llegará el momento en que ellos mismos pidan más y más lectura en lugar de tener que animarlos nosotros.  

La lectura crea vínculos emocionales 

Si nosotros leemos a nuestros hijos cuando son pequeños, no solo estaremos creando un vínculo paterno filial muy fuerte, sino que también se creará un vínculo afectivo con la lectura. Al asociar ese momento de felicidad, de refugio y de encuentro familiar, se genera una relación emocional entre la lectura y la felicidad, de modo que buscaremos una para llegar a la otra. 

Buscar un tiempo de lectura conjunta

Igual que buscamos un momento para cenar juntos, hacer deporte o cualquier otra actividad, podemos encontrar al menos media hora al día para leer juntos. No tiene por qué ser una lectura en voz alta, sino que cuando ya son capaces de leer por su cuenta, cada uno puede tener su libro. 

Además, el simple hecho de encontrar ese momento de lectura conjunta hará que luego tengáis temas diferentes e interesantes de los que hablar. Asimismo, llevar a nuestros hijos a bibliotecas y librerías en las que nos dejemos aconsejar por profesionales, será una forma de conectarnos mediante la literatura, contarnos lo que estamos leyendo y fomentar el debate intelectual desde pequeños. 

Audiolibros 

Hay momentos en familia en los que podemos hacer uso de audiolibros para incentivar a la lectura y seguir creando temas de conversación en torno a ella. Por ejemplo, los viajes familiares en coche son una muy buena opción para hacer uso de esta herramienta. En lugar de escuchar música o que cada uno se sumerja en su propio contenido mediante una pantalla, podremos disfrutar de un buen libro narrado durante un viaje a unas vacaciones o al trabajo.